17.3.15

CIFU para los amigos

Milestones by Miles Davis on Grooveshark

Muere inesperadamente una historia del jazz en España


Besos, abrazos, carantoñas y achuchones múltiples para todos... cómo si ése Milestones radiofónico lo oyéramos una vez más..., la radio tiene ése perfil mágico al que tarde o temprano terminas incorporando tu propia vida. La radio es una ventana de tu habitación, de tu estudio, cocina o retrete. Camina contigo y tu circunstancia.
La radio también es la música.
Y el jazz.
Y el Cifu, uno de esos agudos perfiles humanos que otorga la magia de la ensoñación.
Y tantas otras y otros profesionales. Pero hoy, trágicamente, el protagonismo le toca al Cifu: ¡qué tremenda golpiza!: Qué cruel es lo imprevisto cuando se trata de comprobar la muerte a palo seco.


Hay perfiles radiofónicos cuya influencia en tu entorno y rutina diaria es colateral, quiero decir que acompaña tus pasos allá donde vayas, sea a buscar una fotografía, un libro y no te digo ya (en el caso del Cifu) a encontrar aquel disco perdido de Lester Bowie. Se instala en tu espíritu cotidiano y te acompaña cuando haces la cama o friegas los platos..., le sonríes y compartes sus bromas, sus indecisiones memoristicas (Cifu tuvo pocas), su admiración por éste o aquel..., y le hablas, te sorprendes hablándole como si te estuviera colocando los vasos en el armario. Cifu, Juan Claudio Cifuentes bordaba ése perfil que yo tanto he admirado (y tratado de imitar, todo sea dicho) en la bendita radio.

Juan Claudio Cifuentes era el jazz en la radio y a mi me gusta mucho el jazz y no digamos la radio de la que he podido vivir profesionalmente durante veinte años. Juan Claudio Cifuentes, si hago cuentas, ha hecho bien, muy bien, su trabajo, ha vivido/disfrutado y doblado en el tiempo todo lo que personalmente puedo soñar para una próxima reencarnación a la que no tardo en enviar mi instancia y no digamos la suya...

Claro, es que el primer programa Jazz entre amigos fue en 1971 en la recordada y nunca bien ponderada emisora Popular FM de la calle Juan Bravo de Madrid, donde prácticamente se iniciaron todos los cerebros musicales del país. El mismo espacio radiofónico que condujo en Radio España, Antena 3, Cadena 100, TVE y finalmente en Radio Nacional; el mismo programa que ahora le echa de menos en un desconsuelo absoluto. Idéntico esquema que pasará a los anales de la radio como la radio fórmula perfecta: la que no dicta la industria y el negocio, la que sólo depende de ti, tu estado de ánimo (en Cifu siempre impecable) y tus conocimientos. Así 45 años.

Y además, y eso lo sabe quien lo haya conocido de cerca, está el entrañable personaje. Siempre cercano, educado y esgrimiendo una autoridad docente disimulada, aparente, consciente de que en la vida ninguno de nosotros llegaríamos a esgrimir o paginar siquiera su extraordinaria enciclopedia errante instalada en su muy poderosa memoria. De un humor decimonónico, su personalidad a veces recordaba costumbres ancestrales, como si eso le divirtiera especialmente. Sus conocimientos del género jazzístico superaba casi siempre a la de los propios músicos. Su presencia denotaba eso que muchos apreciamos en algunos grandes personajes y que distingue a las personas de bien, me refiero a los bien nacidos: clase, una clase transparente y ciertamente agradable.

Personalmente le traté bastante porque, al margen de mi coincidencia con él en algunas de las emisoras antes mencionadas, en un momento dado tuve claro que al recuperar en 2001 el festival de jazz en Albacete él y nadie más que él debía ser el presentador del mismo, lo que me dio la oportunidad a mí y a mi círculo más cercano de amistades de disfrutar de su presencia unos cuantos días al año al menos durante varias ediciones. Tampoco faltó nunca su felicitación navideña a la familia, para eso era tremendamente escrupuloso, extremadamente educado. Sí, en mi entorno todos le queríamos mucho. Maldita sea.

Ahora en el otoño patriarcal no paraba de recibir premios y reconocimientos, uno de los últimos un premio gordo el año pasado cuando fue galardonado con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes 2014, premio concedido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte para distinguir a las personas y entidades que han destacado de modo eminente en el campo de la creación artística. Esas cosas suelen llegar cuando uno ha partido definitivamente a la gloria eterna o cuando ha entrado en una peligrosa espiral de salud, a modo de honores preparatorios para el gran viaje. Pues no. No era el caso del Cifu que seguía vivito y coleando muy bien dentro de su carcasa incombustible sonorizada de saxofones y contrabajos: "Mal asunto -esto de los premios-" se lo oyó decir mientras preparaba una dilatada diatriba sobre la noche en que Count Basie encontró a Oscar Peterson en la BBC londinense.

Sin embargo, una vez más, la guadaña no ha sabido respetar pianos ni juglares y acaba de mostrar su aspecto más lúgubre, más aciago. Y cruel. Se fue el Cifu. A mis años, aún sigo pensando que es imposible que sucedan estas cosas.
Besos, abrazos, carantoñas y achuchones múltiples para ti, maestro...

8.3.15

Los Clásicos Jóvenes del Son, ahora, hoy




Cantar en Llano

Ahora, que se presienten los picores de la nueva estación con esos almendros pintados de blanco. Ahora que el son avisa con jóvenes de hace veinte años que mantienen igualmente fresca la sonora pasajera de la hermana Cuba.

Hoy, que se escucha este canto del llano tan cercano a nosotros entre curvas y sabores, con la puerta medio abierta al mundo y las viejas espaldas mojadas del mejor ron...

Ahora, hoy, su guiño de viborilla nos alegra el día.