28.2.11

Banda Sonora del Mes. Febrero

Gregg Allman. Low Country Blues. 2010

No soporto ver en directo a las viejas estrellas arrastrando su evidente decadencia física por los escenarios. En la mayoría de los casos, su calidad y técnica permanece inalterable, pero me mata verles zig-zagear como chavales. Sobre todo cuando les has visto en sus diferentes épocas doradas, arrogantes y artistones. No ocurre lo mismo cuando les oigo en los discos, como no les veo, les recuerdo brillantes y altaneros. Ocurre que a veces el tiempo les gasta alguna mala pasada en su labor creativa o interpretativa y eso tampoco me gusta. No ocurre con éste discazo del menor de los Allman Bross, un tipo que ha llevado la batuta de la banda desde antes de que Duane, el mayor, se la pegara con una moto hace un porrón de años. Su carrera como solista ha sido algo irregular pero cuando acierta, acierta. Y éste disco es una fruta fresca entre la cosecha del blues reciente. Acompaña también Dr. John, formidable en Tremé, y alguno más. Y los clásicos en cada tema. Una delicia.

20.2.11

Chema López expone en Albacete




Ni esperanza, ni miedo
El interés y la búsqueda de Chema López, desde hace algunos años, en realidad eran factores imaginarios. Al artista se le encuentra, si uno quiere de verdad, en un par de horas. Basta coger el coche y cruzar las curvas de Villatoya para enfilar Valencia donde tiene su cuartel general. La solución consiste en esquivar otros entretenimientos más holgados, profesionales si se quiere, pero evitables o sorteables. El destino ha querido que la montaña viaje y se instale unos días en la capital, Albacete. Compartir con el artista micrófonos y vinos está al alcance de cualquiera. Chema es como había previsto: un tipo cercano, alejado del trasfondo de cada una de sus obras, esos murales oscuros, decadentes, espectrales, que nos regala en cada una de sus muestras. Chema ha llegado a la capital después de casi nueve años de ausencias artísticas. Y había que celebrarlo.



Lo primero que nos une, muy estrechamente por cierto, es el blues. Casi nada. Sus orígenes, Charlie Patton, los espirituales, Skip James, Robert Johnson y... Son House, el padre de todas las batallas. Y ésa mirada permanente a los inicios de los inicios, al mundo en blanco y negro y con ronchas en la memoria. El siglo XX despierta y aunque no estuvieramos allí en ése momento para ello estaba Tod Browning, por poner un ejemplo. La parada de los montruos es una conversación inevitable con el pintor al contemplar algunas de sus obras. No es que sean frikys al estilo Browning, lo que expone, sino personas, animales o cosas lo que se retuerce en cada lienzo. López se empeña una y otra vez en hacer fotografías con cámaras caducadas y le salen movidas, desenfocadas. como cuando estás viendo una película en 3D y te subes las gafas plenipotenciarias para curiosear la diferencia. Y está el blues, su homenaje fastuoso a Son House. Y los caballos en rayos X a golpe de costillar y esa colección de abalorios guardados en vitrinas que no es otra cosa que todas sus exposiciones guardadas a trocitos, recortadas, presentes, como el que guarda su colección de cromos de la infancia. Luego las engrandece con formidables lienzos, admirables, como el del paisaje que hubiera querido utilizar el propio Browning en alguna de sus películas, un lienzo negro salpicado de acrílico blanco que tira de espaldas. El efecto es el de teñir más que de pintar, pero el resultado es impresionante cuando los trazos se mueven educadamente entre el ramaje de los árboles. Chema López en estado puro.



Me llama la atención la originalidad y el detalle de ofrecer, en alguna que otra ocasión, los retratos de personajes célebres asesinados. Son grandes, voluminosos, donde andan y posan los fiambres; entre ellos John Lennon, algún Papa, algún torero, algún presidente... el guiño del artista es plasmar en la parte inferior de la obra, con trazo destacado pero infinitamente más pequeño, al asesino. La mirada del público se detiene siempre en ése pequeño cuadro, obviando o ignorando la grandeza del difunto. Un juego siniestro con resultados sorprendentes. Quizá la pesquisa constante de Chema sea, precisamente, las reacciones de las personas del siglo XXI: ¿Porqué los retratos andan siempre en movimiento?, ¿Porqué el blanco y el negro?, ¿Porqué el deterioro?...


- Así es, en trance de desaparecer hallamos estos rostros. Y, sin embargo, con su experiencia del límite, con su haberse entregado a la duda, son testimonio de vida, de eso que nosotros desconocemos.
(no hay nada tan limítrofe, además, como la mera superficie del lienzo donde existen)

Fotos: JAF
The Negro and  His Songs
nec spe, nec metu

hasta el 4 de marzo en el Centro Cultural de la Asunción
hata el 4 de abril en Galería La Lisa

4.2.11

Crónicas cinematográficas de José Antonio Tendero




Martes, 15 de febrero. 20,30h.
Filmoteca de Albacete. Cine Capitol
Presentación del libro Harold: crónicas cinematográficas de José Antonio Tendero


Harold y yo

“Hace casi dos años, cuando comencé estas tareas de cronista de cine en La Voz de Albacete, tomé prestado su nombre para velar tras él el mío, y que sus irónicas gafas sin cristales -decía entonces- me sirvieran de leve antifaz. Si tomé su nombre fue porque recordaba su timidez ante cualquier aventura y su optimismo ante las empresas arriesgadas, cosas ambas que quise hacer mías al iniciar ésta de asomarme cada día al vacío de las cuartillas en blanco, deseando salir tan airoso como sus personajes de las situaciones críticas en las que con frecuencia se veían en sus películas”.


Le oigo recitar la partida del gran Harold Lloyd y se me pone un nudo en la garganta. Me ocurre porque le oigo, no sólo cuando leo la contraportada de Harold, sus crónicas. Le intuyo en la pausa del paseo por el Altozano, cuando se quedaba quieto, yo también, y le adivanaba sus ojos trascendentes parapetados en sus gafas de sol mirando al cielo: “Era Harold para mí como uno de esos viejos amigos de la infancia a los que la infrecuencia del trato no hace traspasar la frontera del olvido y siempre están en el lado de acá del recuerdo agradecido”.


Harold Lloyd ha sido también nuestro humorista fetiche de Hollywood, con Chaplin claro, y pueda ser que me tome el relato de Tendero como un pequeño homenaje a mi infancia, a la felicidad de los días, a aquellos días de risas y rosas. Tendero sigue aún conmigo, con quienes le conocimos de cerca porque su cortejo era especial. Solía acertar en sus circunloquios y éste de Harold lo bordaba. Se le humedecían los ojos con frecuencia en las despedidas de Rita Hayworth, por ejemplo, o Cary Grant, Peter Lorre... su amigo Tomás Zori, el héroe de Don Quintín el Amargao y los tríos de humor. Zori y Grant, he ahí la condición filantrópica de quien no tiene a nadie a quien servir. Ciudadano Libre, como su admirado Welles. Tendero vuelve sobre Lloyd: “Ahora, cuando el gran cómico ha hecho lo mas serio y trascendente de la vida -que es el dejarla-, no quiero seguir detentando más tiempo su nombre, sacrificando el pseudónimo -con el que uno ya se había encariñado-, dejándolo como humilde oferta póstuma, como ruego para su descanso último y eterno. Lo restituyo con el rédito de una oración sentida”.
Tiene usted razón, Tendero, acierto a pensar en voz alta, él se lo va a agradecer por todos esos años en La Voz de Albacete. “Mis gracias -mas pobres que las suyas- a Harold por su préstamo de amigo que me ayudó a salir de apurado compromiso”, sentencia altivo.
 
Fotos: Manuel Podio
Martes, 15 de febrero. 20,30h. Filmoteca de Albacete. Cine Capitol
Presentación del libro Harold: crónicas cinematográficas de José Antonio Tendero

Staff Benda Bilili, la emoción de la música

Trés Trés Fort 

Se anuncian como lo nunca visto en África, y parece cierto. Staff Benda Bilili, es un grupo de músicos callejeros, inválidos a causa de la polio, que viven en los alrededores del antiguo zoo de Kinshasa (RD del Congo) y se desplazan en unas sillas de ruedas tuneadas con aspecto de Harley-Davidsons para pobres. Sus canciones han sido el pasatiempo preferido durante el trabajo que realizaban como taxistas entre Kinshasa y Brazzaville, aprovechando la exención de impuestos autorizada por el Gobierno. Dos cincuentones, Ricky Likabu y Coco Ngambali, son los líderes de Staff Benda Bilili; su miembro más joven se llama Roger, tiene 17 años y se ha inventado un laúd a partir de un bote de leche en polvo, un trozo de red para pescar, cable eléctrico y un pequeño palo curvo de madera insertado en el bote.


BENDA BILILI! Promo from Trinity Films on Vimeo.

La filosofía vital de Staff Benda Bilili, que huyen de la mendicidad, consiste en no desfallecer: ser fuertes y sentirse orgullosos. Su música es una seductora mezcla de la clásica rumba congoleña con funk a lo James Brown, ritmos afrocubanos mezclado con rythm & blues y reggae. Los músicos, que se consideran los voceros de la vida cotidiana en Kinshasa, reflejan en sus canciones cualquier aspecto destacado de la actualidad congoleña, ya sea el aumento del precio de los alimentos o la importancia que tiene la vacunación de los niños contra la polio. "Porque la única discapacidad real no está en el cuerpo sino en la mente", dicen, orgullosos, en posición de guardia constante contra una enfermedad que, según la Organización Mundial de la Salud, aún afecta de manera endémica a cuatro países en vías de desarrollo, Afganistán, India, Nigeria y Pakistán. La tenacidad y no poca audacia ante las adversidades de la enfermedad son, sin duda, las primeras lecciones que transmite Staff Benda Bilili, cuyo nombre significa “mira más allá de las apariencias”.
La aparición de Staff Benda Bilili, revelada al mundo tras la visita que Damon Albarn y Massive Attack realizaron hace tres años a África con el proyecto Africa Express, ha encandilado al público occidental. "Valió la pena venir hasta aquí sólo para conocerlos", afirmó Robert del Naja (Massive Attack), conmovido ante la voluntad de hierro del conjunto congoleño, que grabó bajo un árbol apenas con ayuda de un ordenador portátil enchufado al motor del bar local.

El disco Très très fort desembarcó en el mercado occidental al calor del éxito mayúsculo logrado por Konono Nº1 y Kasai All Stars en la serie Congotronics (Crammed Discs)

Ls cineastas franceses La Belle Konoise han realizado un documental sobre el grupo que contará su particular historia con su propia música como banda sonora, que se estrreno con muy buena acogida en la pasada edición del festival de Cannes.

1.2.11

Banda Sonora del Mes. Enero

Dave Holland & Pepe Habichuela. Hands -2010El Ritmo me Lleva