26.2.10

El Teatro Negro de Praga en su máxima expresión

                                   
Las Aventuras del Barón Munchaussen
El espectador contempla atónito un espectáculo multivisual, no verbal, donde la fantasía nos retrae a nuestra propia imaginación infantil. Mediante la magia y los trucos del Teatro Negro, y con una serie de efectos únicos, de películas de dibujos animados y de ficción, haremos una travesía por las profundidades de los océanos, realizaremos un vuelo en una bala de cañón en el medio de cruentos combates, visitaremos a los habitantes de la Luna, dejaremos que nos trague una ballena o nos dejaremos deleitar por las danzas de las bailarinas del harén del sultán Suleimán. Es el mundo loco del Rey de los locos: El Barón Munchaussen.




Y es ahí, en ése esplendoroso mundo irreal donde surge el aviso subliminal: la aventura recoge los anhelos de vivir en un planeta limpio y de abundancia, el sueño que todos compartimos: un medio ambiente natural libre de polución, océanos claros, bosques verdes y frescos, fragantes praderas... En esta obra del Teatro Negro de Praga subyacen urgentes cuestiones de actualidad; ¿Porque ese distanciamiento entre naturaleza y humanidad?, ¿Cuál es el futuro de ese mundo hecho por el homo sapiens?


Tan elevadas preguntas son trasladadas sobre el escenario al realismo cómico de una sala de Hospital Psiquiátrico. Allí los papeles se intercambian y el enfermo guía al doctor en excursiones fantásticas, tan locas como Las Aventuras del Barón Munchaussen que son, en este caso, el punto de referencia para el desarrollo de la representación. Con el poder de la imaginación y la refinada técnica del Teatro Negro de Praga y de la mano de uno de sus creadores, Pavel Marek, nuestros héroes tienen éxito evitando el peligro y alertando a la audiencia sobre él. El tono suave y el peso de lo sustancial hacen que Las Aventuras del Barón Munchaussen sea un derroche visual accesible a audiencias de toda edad en una recomendación que se hace doble al ser dobles sus intenciones didácticas: es decir, la epístola y el arte, una vez más de la mano.

El Teatro Negro

El llamado teatro negro es una técnica originaria de Praga que se lleva a cabo sobre un plató o escenario negro, donde un grupo de personas (también vestidas de negro) tienen la finalidad de realizar acciones que confundan y no se aprecien con claridad, dando la sensación de estar presenciando una actuación imposible o estrambótica.
El principio por el que se caracteriza dicho teatro, es una nueva y creadora aplicación de un simple truco: la llamada “cámara negra”.

La forma primitiva de este principio se conocía ya en la China antigua, y más tarde era aplicada durante los espectáculos de los magos. También fue aprovechado, aunque parcialmente, en la cinematografía ( Mélies ) y en el arte teatral ( Stanislavski ). La técnica del Teatro Negro de Praga no significa solamente que los actores vestidos de negro al igual que los accesorios, no sean vistos por el espectador, ya que todo lo que aparece en escena adquiere movimiento y vida particular. Para la compañía del Teatro Negro de Praga, el efecto de truco no es una finalidad, sino un instrumento para lograr una metáfora escénica y mímica, realizada por un ritmo organizado musicalmente, a través del movimiento de los objetos y de los actores.


Las Aventuras del Barón Munchaussen, Pavel Marek y el Teatro Negro de Praga estarán en el Teatro Circo de Albacete el 24 de abril, a las nueve de la noche

23.2.10

Só tinha de ser com você



Quasar Dança muestra lo mejor de la música y la danza brasileña
Resultó célebre aquella inolvidable toma escénica donde en la casa neoyorkina del saxofonista americano Gerry Mulligan el pianista brasileño Antonio Carlos Jobim trata por todos los medios que el afamado jazzista marque el tiempo exacto de So danço samba, uno de los temas más populares del gran pionero y maestro de la bossa nova. Tom Jobim se armó de paciencia porque sabía que Brasil estaba entrando en la historia de la música contemporánea. Cuando años más tarde, 1974, Jobim se encontró con la estupenda cantante brasileña Elis Regina y grabaron aquella enciclopedia discográfica que titularon con sus propios nombres el mundo ya estaba rendido a sus pies y el encuentro artístico resultó descomunal, definitivo: habían grabado, posiblemente, el mejor disco brasileño de la historia, Elis & Tom.
Elis fue una mujer conflictiva para su país. Criticaba la dictadura en cuanto tenía ocasión y eso le acarreó algo más que amenazas. Su rápida y desgraciada muerte, a los 36 años, siempre estuvo rodeada de un halo misterioso. Murió, oficialmente, por una sobredosis de drogas, tranquilizantes y alcohol en 1982, pero los resultados de la autopsia tardarían demasiado tiempo en ser conocidos lo que, según quienes la conocían, acusaba directamente a los altos mandos de la dictadura militar. Su voz era puro terciopelo, su risa estentórea y agradable sonaba íntima cuando interpretaba con Jobim Aguas de marzo, delicada en Corcovado, sensual en So tinha de ser como voçe. Una reina. Antonio Carlos Jobim no era un rey, fue el dios de la samba que supo manejar como nadie la cadencia, los espacios y la ternura en la interpretación. Dijo a todos los grandes músicos brasileños como debía hacerse. Marcó el único camino posible para su representación.
Ahora, Henrique Rodovalho y su reputada compañía de danza brasileña Quasar pasean por todo el mundo aquella maravilla que construyeron Ellis y Tom en 1974. La recrean en una coreografía en la que confluye música y danza, obra completa, con ingredientes poéticos, un tanto nostálgicos, sin caer nunca en sentimentalismos. "El mayor desafío era incorporar otro lenguaje artístico a la obra musical acabada e intocable de Tom Jobim y Elis Regina. Huir de los excesos, evitar lo obvio, alimentar la memoria emotiva", dice Rodovalho con entusiasmo. Los solos, los dúos, los tríos y el trabajo corporal se intercalan con maestría. El baile es de línea abstracta. los cuerpos de los bailarines danzan por mero deleite. Su movimiento es de una continuidad hipnótica. La escenografía de Letycia Rossi a base de teclas de piano y el vestuario de Cássio Brasil, todo en blanco, confieren a Só tinha de ser com você un carácter diáfano y elegante que contrasta con la pasional música de la bossa nova: "Era necesario dar cuerpo a un diálogo contemporáneo del movimiento con canciones cristalizadas hace tres décadas. Este cuerpo es refinado, lógico y matemático".
Só tinha de ser com você (Sólo podría ser contigo) es el nombre del espectáculo y estará en el Teatro Circo de Albacete el 22 de abril. Obligado

19.2.10

Barnés el berlinés


"He llegado a un punto donde prescindiré del compromiso diario, de la tendencia, del viento que te lleva y pintaré lo que me salga de los cojones". Miguel Barnés ha llegado de Berlín cargado de mundología, se ha empapado de las calles que rodean la estación Kottbusser Tor, en pleno barrio de Kreuzberg, en el corazón mismo de la comunidad turca. Allí, un cruce de caminos, su encuentro diario con europeos de todas partes, norteamericanos, argentinos, cubanos, coreanos, chinos, australianos, japoneses, africanos budistas, luteranos, germanos, turcos, musulmanes, ateos, judíos, blancos, negros, indios, inmigrantes, artistas, estudiantes, turistas, descreídos, ha conseguido agitar todo lo que le venía carcomiendo en los últimos tiempos: la ruptura con su propia doctrina artística.



Hasta aquí todo su estudio sobre el equilibrio de ideas y la plástica, sobre los paladares y mutaciones del arte, sobre su propia historia, sobre la propensión y la última tendencia incluso sobre la propia admiración y sorpresa. A Barnés le ha afectado enormemente el zambullirse en la marea de gentes, de implicaciones, de proyectos, de acciones creativas y se ha implicado en la fusión, donde todo esté permitido.



"El pretérito no existe en la indagación artística y es en el camino recorrido donde nos miramos en el espejo de los errores para tratar de evitarlos y extraer algo de enseñanza", dice, cargado de razón, convencido. Barnés ahora se plantea un trabajo abierto y cosmopolita, comprometido y contemporáneo, variado y global. Mantener la posición del outsider. "El principal sentido de la pintura es ir en contra", afirma. Así mantiene su rebeldía. El pintor albaceteño tiene sus resquemores con la vida social y política. Sigue sin ver claro su sentido: "Los políticos creen que el arte debe llegar a la sociedad y que este debe ser agradable. El arte no es entretenimiento".

Kottbusser Tor, su reciente muestra estrenada en Almansa, es un rechazo a todos los fantasmas que le acechan y que en algún momento dado, y eso no lo sabemos, le han persuadido de emprender caminos equivocados. Berlín le ha hecho revelarse. Barnés recupera en cierto modo el arte del cartel, una de sus especialidades desde siempre. Son cuadros, pero son carteles. Collages multiformes, juegos de voluntades repentinas. Brota el color, Josep Renau y la saga de la Way of Life o los mismísimos carteles que hizo para la República, aflora la denuncia, el viejo arte del recorte, sacar de contextos, integrar en una nueva obra, restaurar pinceladas. Es un nuevo Miguel Barnés. El que vuelva será también otro Barnés.

4.2.10

El albaceteño Juan Siquier, en las nominaciones a los Oscars de Hollywood, premiado en los Goya 2010

El especialista en 3D e infógrafo albaceteño Juan Siquier figura como `Props and shading supervisor´ en el reparto de la pelicula en 3D La dama y la muerte nominada al Mejor Corto de Animación en los próximos Oscars de Hollywood, realizada por los estudios donde trabaja en Granada, Kandor Moon, empresa en la que participa Antonio Banderas como productor. Otro albaceteño, el guitarrista Tuti Fernández, participa igualmente en la banda sonora del corto. LA DAMA Y LA MUERTE ha sido premiada al mejor corto de animación en la edición de los Premios Goya que se fallaron el domingo 14 de febrero.

Este es el corto íntegro:

La dama y la muerte

2.2.10

En la madurez del pop. The Sunday Drivers en Concierto



The Saturday Night Drivers
El códice de identidad del grupo toledano The Sunday Drivers se puede resumir en la canción que cerró el último bis del concierto en el Teatro Circo de Albacete el pasado 30 de enero, Rainbows of Colors. Una guitarra acústica rasgueada en un medio tiempo beat donde una voz templada y afinada te sumerge inmediatamente en el universo pop. El de los dos menesteres se llama Jero Romero y, como si dijéramos, es el espíritu diligente de un combo que espera el guiño del vocalista para encajar unos oportunos y delicados cruces de guitarras ésta vez eléctricas para llevarnos directamente a la explosión definitiva del más exigente de los abecedarios pop. Aquel que comenzaron a escribir hace muchos años, ponle cuarenta, un montón de chavales británicos que reventaron los éxitos en la industria discográfica. El pop en estado puro, para entendernos. Así todo el concierto. Resumido en tres minutos.

Jero Romero es un líder nato, de esos que no se ven todos los días. Compone, arregla, reparte juego desde la medular y domina todos los acentos de aquel genuino estilo británico. Sobrio, sencillo, entonado, alargando los fraseos. El estilo que retrataba, como lo hace él, a Paul Jones, Mick d´Abo, Allan Clarke, Colin Blunstone, Steve Marriot, hasta el mismo Rod Stewart o Roger Daltrey y, últimamente, Paul Weller. British pop en esencia. La banda también la hace sonar así y es reconfortante volver a escuchar todo aquel tratado mod en estos tiempos que corren llenos de banalidades y gilipolleces. El método Drivers funciona como un reloj, como la canción del Arco Iris: saluda la guitarra, presenta la voz y rompe, explota, el beat, en la pretendida amalgama de colores y armonías en que se funden guitarras y coros. Para eso están los originales: Fausto Pérez (Guitarra eléctrica), Miguel de Lucas (Bajo) y Carlos Pinto (Batería). Sorprende, después de tantos años esperándolo en Albacete la reacción del público que abarrotaba el teatro coreando, acompañando, muchos de los temas, entre ellos los agradecidos (misma fórmula, misma explosión) Do it, My Plan, Hola-to see the animals (la primera del recital) y On my mind (el primer éxito bajo el código Drivers).
En escena se cuentan tres guitarras protagonistas, guiñándose continuamente las púas, alternando misiones de alivios, fraseando, protagonizando trances venturosos. El tercero de los guitarristas corresponde a una incorporación afortunada: Lyndon Parish. También maneja el teclado y, sobre todo, las voces. Parish es británico que es como decir nativo del beat sound. Quiero decir que al igual que Jero Romero es madrileño, criado en Albacete, madurado en Toledo y musiquero empollón Lyndon conlleva la raíz proverbial de aquellos sonidos seculares, populares, tradicionales, arcaicos, de andar por casa cada día. Lyndon corea como hemos escuchado mil veces a Small Faces o Manfred Mann, canta impecablemente Hold on to Love y utiliza la guitarra como Tony Hicks, Tom McGuinness o los arreglos de George Martin para The Beatles (ya salieron). Es un aborigen al que no hay que mostrarle nada. Lo lleva en los genes y así lo expresa. Ventajas. La cuadratura del círculo. Para alimentar y redondear la faena, en Albacete se incorpora al concierto Marti Perarnau, otro todo terreno que lo mismo machacaba, literalmente, percusiones que arreglaba fondos de teclados o adornaba con la armónica algún pasaje. Todo redondo. Al guión del Señor Romero. Como cuando él y Lyndon interpretaron a luces caídas In my life, Lennon y McCartney Sociedad Limitada. No había que demostrar nada más. El personal estaba en pie desde la tercera canción y el clamor fue general. Un concierto pop perfecto. Y el público cantando en inglés. Esa es otra.

The Sunday Drivers. Discografía.
The Sunday Drivers
CD Rock Indiana, 2003
Little Heart Attacks
CD Mushroom Pillow, 2004
Tiny Telephone
CD Mushroom Pillow / Naïve, 2007
The End Of Maiden Trip
CD/LP Mushroom Pillow, 2009