19.3.10

Marc Fosset y los años


 
"El viejo músico de jazz siempre es reconocible y sin embargo distinto cada noche. Improvisa sobre la misma partitura, la banda le sigue y toca con una fidelidad religiosa y el público pide que no pare la música", lo decía el otro día Ramón Besa hablando del futbolista Messi. A la misma hora, el mismo día, el viejo guitarrista de jazz Marc Fosset suscribía las palabras del periodista deportivo en el auditorio de la CCM en Albacete. "Jam Session en el Camp Nou", titulaba Besa. Jam Session, lo que vimos en la CCM. Fosset agarró unos cuantos standars de toda la vida y demandó a sus músicos eventuales que le siguieran, lo mismo fuera recordando a Horace Silver o interpretando al cómico francés Henry Salvador. Daba igual. Fosset tiene su librillo escrito hace muchos años y no es tiempo de cambiarlo.


El experimentado guitarrista se ha convertido con los años en un consumado chansonnier al que comienzan a empalagarle las clases magistrales. Las yemas de sus dedos adheridos a los trastes limpian la guitarra, pulsan las cuerdas levemente y es entonces cuando aparecen las notas. Es ya un ejercicio memorístico más que creativo. Son movimientos mecánicos. Cuando quiere demostrar la virguería, el vibrato, la vieja academia, mira sonriente al público, consciente de su hazaña. No es lo mismo cuando se acomoda para cantar a los clásicos franceses o sus composiciones propias. Fosset aparece más relajado, y lo que es significativo: más brillante con la guitarra. Aún así, el viejo músico de jazz siempre es reconocible.


A Marc Fosset le vimos hace muchos años en Albacete, en 1987, acompañando a Stephane Grapelli en el Auditorio Municipal. Con Jack Jewing al contrabajo, sus cometidos pasaban por acomodar el violín del maestro, asumiendo entonces un panegírico en torno al admirado Django Reinhardt que inspiraba continuamente los recuerdos del violinista. Entonces brillaba mucho más como guitarrista consumado. Ahora ése papel lo realiza el formidable Fabio Miano con la gorra. En un estado de forma excelente, el italo-canadiense estuvo sobrado toda la noche. Ya le llegará el tiempo que, como Count Basie, se limite más a sonreír admirando sus músicos que a su propio menester de divo. Es el paso de los años, que hace que disfrutemos de ambas sensaciones, la nostálgica historia y el presente más admirable, el del excelente pianista, el del aplicadísimo Dani Bruno en la batería y el del improvisado (no pasa nada) Paco González al contrabajo.


Miss Who, Marc Fosset en su salsa

1 comentario:

Anónimo dijo...

AUPA, VISCA, ALá... M.Fosset y F.Miano.