10.1.10

Scarhands




Crónicas de Copenhage

El viejo lobo de carretera y mundos, quedó inmediatamente atrapado por el desparpajo de aquella imberbe liebre campestre que paseaba su sonido metálico por el Rust Jazz Club de Copenhage como quien vende zanahorias a los cortos de vista. Curtido en las grandes batallas del lumpen neoyorkino, los asaltos extemporáneos a las ausencias en turno de orquesta, baqueteado por los caprichos de la industria del disco del jazz, otra industria, otro talante, Luther Thomas>, Saxmachine para los entendidos y prohombres de vanguardias, bajó su fusil, un Selmer del 49, y miró de arriba abajo al mozalbete que tenía delante sorprendido por la soltura con que éste atacaba aquella plegaria de Monk. "Quédate conmigo", le dijo, "yo te enseñaré el soplido del tucán".

Copenhage 2003. A Juan F. García Vinuesa le daba igual que el mundo diera vueltas de campana. Había llegado a Selandia para aprender de otro maestro, Simon Thorsen, los secretos más guardados del bebop o el postbop mientras componía lubinas en los fogones del Tapasbaren. El hecho de encontrarse de sopetón con un tipo, Luther, traficante de las escolanías de Chicago y Nueva York, con una deslumbrante discografía, paisano y amigo de Miles Davis y músico de los Messengers de Art Blakey, entro otras vidas más agitadas, no le arredró en absoluto y con la frescura que honraba su cáracter de melocomotodo entonó, sin más, a Monk, Thelonious Monk, en su I mean you. "Quédate conmigo" le oyó decir al maestro, que es como si el Arcángel San Gabriel de sopetón le hubiera librado de todos los males para el resto de su vida.

Desde ése instante confluyeron todas las músicas que Juan tenía en la cabeza: Sun Ra, Sonny Rollins, Dizzy, Mingus, todo el bop desde Bird Parker... es decir, todo el bop. Las notas caían del cielo cada día para él. Envuelto aún en la noctámbula sábana, desayunaba con Mingus y tocaba con él, alternando pulso y aceleración. Con Rollins repasaba cada mañana el disco que éste hizo con Don Cherry, Our man in jazz, vientos emancipados que le hacían aún más libre en su compulsión didáctica. Por la tarde flamenquito de Granada, su poción secreta como estímulo natural. Luego llegaba Luther. La noche. La vida en un saxo tenor.

Fue poco después cuando se enteró de la repentina muerte del músico de San Luis, el martes 8 de septiembre de 2009 en Copenhage. "Me enteré estando aquí en España vía web, ya que tenía contacto periódico con él, sabía que andaba mal de salud, pero no tanto. -recuerda Juan- El caso es que al no recibir respuesta a mis e-mails, confirmé su muerte por las condolencias que aparecían en su myspace, además de comprobarlo más tarde gracias a que la noticia trascendió en algunas webs de difusión internacional especializadas en Jazz". Al instante supo que había llegado su turno. A Juan, aquellas viejas cicatrices que tenía en la palma de ambas manos le regalaron la mutación definitiva. Eran costurones que el músico albaceteño se hizo en distintas épocas (una de 6 puntos y otra de 8), pero que curiosamente coinciden en la misma zona de cada mano, con la misma forma y una orientación casi exacta. A partir de ahora por tanto, conservaría el viejo alias, Scarhands, que le había acompañado en los últimos tiempos y se dedicaría a sacarle todo el partido posible a la técnica absorbida de tantas horas de charla y toque con Luther. Sería su clon, su espirítu etéreo donde le dejaran soplar. Trocaría el hardfunk, el rap, el freejazz, es decir, el estilo Luther Thomas, al más genuino sonido bop de sus grandes ídolos. Ya estaba preparado para dar el gran salto. El disco se llamaría Tenor, como agradecimiento a su inseparable compañero metálico de viajes y aventuras. Consiguió unos músicos de enorme prestigio que no tardaron en creer en él, el baterista valenciano Vicente Espí "su forma de tocar es la que más se parece a lo que hago" y los contrabajistas levantinos Julio Fuster y Amadeu Adell y comenzó a escribir su historia. La que ahora empieza.










Tenor
Tenor es un proyecto de Juan F. García Vinuesa. Se concibe como un repaso subjetivo a los maestros de esta disciplina dentro del periodo histórico entre el Be Bop y las primeras corrientes “Free”, dejando a un lado la Vanguardia nihilista de Ornette Coleman. El formato de trío elegido abre las puertas a una interpretación abierta y libre de los temas. La forma se torna relativa y el grupo se articula como recurso improvisatorio real, asentando una estética que toma radicalmente la Improvisación como pilar fundamental del proyecto. Se busca en Los Ángeles a Alfonso G. Rodenas, viejo compañero de batallas de Juan para el master final y se cuenta con el experimentado contrabajista Julio Fuster y la batería, imprescindible para este trabajo, de Vicente Espí, con dos discos editados y conocido por sus colaboraciones con los mejores músicos de jazz del país. También colabora otro de los pesos pesados nacionales, el contrabajista alicantino Amadeu Adell. Tenor es un viaje al inminente futuro de Scarhands.


1 comentario:

Anónimo dijo...

"Kubala"
R.