15.6.09

Andrés Alberto Gómez, la llamada del clavecin


el músico albaceteño estrena dos nuevas grabaciones y actúa en Nantes

Llanos y Andrés, sus padres, lo anunciaron así cuando nació el pequeño: "Hemos tenido un clavecinista". Lógico, no todos los días uno tiene un niño que con la edad, pura adolescencia, acogería el clavecin como método de vida, ése instrumento musical con pinta de mueble de la Casita del Labrador en Aranjuez con teclado y cuerdas pulsadas al que muchos llaman clavicémbalo o simplemente clave. Andrés Alberto Gómez Rueda (Albacete, 1978) acaba de estrenar dos nuevos discos con el clave como protagonista y ésta semana, el pasado jueves, actuaba en el Festival Printemps des Arts de Nantes. Los discos están protagonizados por su propio grupo de música renacentista La Reverencia, "La vida deste mundo", un cancionero hispano del Renacimiento y el estrenado en solitario con el clave "Docere, Movere et Delectare" interpretando composiciones de Buxtehude, Weckmann, Böhm, Froberger, Pachelbel, Karges y Bach. 2008 fue un año agotador para el joven músico albaceteño que ha tenido que compaginar aeropuertos y conciertos con grabaciones y sus clases de clave como profesor del Conservatorio Profesional de Música de Murcia. En uno de esos conciertos, Andrés Alberto conoció y trabajó junto a su ídolo de toda la vida el clavecinista norteamericano William Christie, director de su orquesta de cámara barroca, Les Arts Florissants. Fue en el Teatro Real de Madrid: "Tocar con Les Arts Florissants ha sido lo más importante que me ha pasado en mi vida y con William Christie que es una leyenda. Estuve el año pasado un mes entero junto a él. Es como si en jazz te pasas un mes con Miles Davis. Una recompensa. Cuando valoras todo eso te reconforta de esfuerzos y sacrificios". Andrés terminó sus estudios de clave y música antigua en el Real Conservatorio de La Haya (Holanda) como alumno de Jacques Ogg y en la Escuela Superior de Música de Cataluña, E.S.M.U.C. como alumno de Béatrice Martin, obteniendo matrícula de honor y felicitación del jurado.

Los comienzos
En un entorno familiar cómodo y placentero el joven Andrés Alberto se crió en el silencio del extrarradio albacetense, rodeado del cuchicheo de las calandrias y el profundo aroma del libro estrenado (su padre es escritor). Su inmediato antecedente musical data de Ana y Julia, sus primas, aplicadas pianistas entonces en uno de los conservatorios de música de Albacete, donde él mismo dio sus primeros golpes de teclado. Allí le llevaron sus padres sorprendidos de la habilidad con que el pequeño Andrés imitaba las notas de las canciones populares en un pequeño teclado electrónico que le habían comprado: "Escuchaba una melodía y la sacaba al instante -dice ahora recordándolo- Todavía me sorprende la facilidad que tenía para hacerlo con diez años. Me acuerdo que en ésa época había una película, El Piano, de Jane Campion con música de Michael Nyman, que conseguí interpretar, el disco entero, de oído. Ponía el magnetofón, escuchaba la pieza e intentaba copiarla corrigiendo los errores de notas y acordes. Me sorprende porque cuando posteriormente aprendí a leer música y me compré la partitura alucinaba porque era exactamente igual a como yo la tocaba; todas las notas que yo había aprendido de oído estaban en aquella partitura". Andrés, tras un productivo acercamiento al piano en el Liceo Arturo Moya acabó matriculado en la institución pública: "Aquellos primeros años fueron muy amargos, incluso estuve a punto de dejarlo todo, estuve un año entero sin ir al conservatorio porque desafortunadamente tuve muchos cambios de profesores, algunos muy buenos, pero también con gente que me quitó la ilusión. Estuve sin ir a solfeo, sin ir a piano...muy mal. Hasta que afortunadamente caí en las manos del profesor Jesús Manuel Valenciano que me hizo uno de los grandes favores de mi vida: llevarme a Valencia a conocer a otro pianista con el que él estudiaba, Patricio Pizarro".

Las claves
Pizarro realizó impecablemente el papel melodramático de viejo profesor retirado y recluido en un antiguo caserón con sus instrumentos, sus recuerdos, dedicado exclusivamente a la pedagogía musical. Un tipo muy interesante. Tenía varios pianos y dos claves. Al joven Andrés Alberto le parecieron a simple vista muy estéticos. El chico llevaba, siempre hay que hacerlo cuando visitas la casa de un profesor, una partitura preparada por si tenía que tocarla, las Variaciones Goldberg, de Juan Sebastián Bach (1742). Tocó al piano ante la presencia de Valenciano y Pizarro y el veterano profesor le propuso tocar a Bach en uno de los claves que tenía: "Cuando toqué por primera vez aquel clave pensé inmediatamente que ése iba a ser el instrumento de mi vida. Pizarro pensó exactamente lo mismo porque me dijo "dedícate al clave y deja el piano". Al acabar la selectividad con excelentes notas y ante la sorpresa de sus progenitores que auguraban alguna carrera productiva para el chaval Andrés Alberto les confesó que lo que quería realmente era estudiar música. " Mi padre me dijo que si quería estudiar música debía pasar en el piano el mismo tiempo que tendría que pasar en la universidad, siete horas como mínimo. Aquellos años los recuerdo muy gratamente en mi casa: por las mañanas, desde primera hora, mi padre estaba en su despacho del piso de arriba escribiendo y yo en el piso de abajo estudiando y tocando el piano y ya el clave que me habían comprado". Patricio Pizarro en Valencia y el excelente clavecinista madrileño Tony Millán guiaron sabiamente los pasos del joven músico hasta su ingreso en el Real Conservatorio de La Haya donde tuvo que superar los durísimos exámenes de ingreso y permanencia durante los cuatros años de carrera: "Todos estos años fueron ajenos al conservatorio y dedicados al clave privadamente. Eso me ha dado una impresión de la docencia mucho más amplia que la de una persona que sólo haya estudiado en un conservatorio. Creo que donde menos música se hace es en el conservatorio y donde más música se aprende es en casa de un buen músico o profesor. En casa del profesor vives el mundo del artista, respiras su música, sus instrumentos, sus partituras, resuelves tus dudas. En el conservatorio tu entras en un aula, tienes tu hora semanal y ves que muchos de tus compañeros van por obligación. Por obligación haces exámenes y otros ejercicios que pueden no interesarte mucho o nada. Con el profesor, a mi me gusta llamarle simplemente músico, puedes estar desde una hora hasta momentos donde el tiempo vuela, las horas, porque estás en otro universo, el que has elegido. Había veces que con Tony tenía que salir corriendo porque se me escapaba el tren a Albacete".

El presente
Aún, bajo la influencia siempre de ése ambiente familiar que ha marcado sus pasos, cálido, bucólico en tantos momentos, cercano y de apoyo incondicional Andrés Alberto siente la constante llamada del clavecin, su fascinante sonido novelesco, romántico, que algo tuvo que influir en su encuentro con Paloma Gallego, la joven soprano que forma parte de su grupo La Reverencia, especializado el quinteto en la música del Renacimiento. Con ella consiguió, si algo faltaba para completar un ciclo vital envidiable, el equilibrio necesario para acometer una vida de verdadero artista consagrado que le lleva con sus compañeros, por ejemplo, a una charla informal con la Reina Sofía en Atenas reclamados allí por la soberana a un concierto privado en la misma casa del embajador con motivo de la visita de una representación española a la inauguración de una exposición de El Greco en la capital griega: "Al músico hay que comprenderlo -dice-. Al músico le alimenta el arte. El artista necesita su espacio, sus "ausencias", la pasión te abstrae, vives en tu propio mundo interno. Con Paloma he tenido mucha suerte en eso. O una persona así o nada".

En estos días, Andrés Alberto Gómez estrena dos discos impecables, cumple su compromiso como solista en Francia y vuelve para casarse con Paloma. Por un día, el clavecin puede esperar.

Discografía de Andrés Alberto Gómez

DE AMORES Y LOCURA, La Reverencia, 2005
INSOLITO ESTUPOR, Forma Antiqva, 2006
DIEGO ORTIZ, La Reverencia 2007
DOCERE, MOVERE ET DELECTARE, Andrés Alberto Gómez, 2008
MEYSTER OB ALLEN MEYSTERN, Tasto Solo, 2009
LA VIDA DESTE MUNDO, La Reverencia, 2009

L´ORFEO (DVD), Les Arts Florissants, 2009

El Brillo de los Días. Publicado en el diario La Verdad de Albacete. 14/6/2009.

2 comentarios:

Willyjoe dijo...

Andrés,
Vivo en Brasil hace muchos años y vi que en su site aparece el nombre de un gran amigo de juventud, Patricio Pizarro, de quien perdí la pista cuando emigré para este país. Usted tiene alguna posibilidad de hacer un contacto con él o darme su dirección, o algún email o telefono?
Le agradezceria mucho.
Atentamente,
José Carrasco

Anónimo dijo...

Il semble que vous soyez un expert dans ce domaine, vos remarques sont tres interessantes, merci.

- Daniel